viernes, 19 de febrero de 2010

¡Entrevista a José Antonio Cotrina!

¡Oh yeah! *-* Después de una clase intensiva de baile con los Lunnis y un monstruo espacial, qué mejor que una entrevista con un autor que yo adoro y que admiro por su valentía (para mí es valentía xD Ya me cuesta escribir con 2 personajes, no me planteo escribir con 12 protas O.o) al tener tanto protagonista y llevarlo taaaaaaaan increíblemente bien *__* ¿Ya sabeis de quién hablo? Pues de...



José Antonio Cotrina



Nació en Vitoria el 8 de julio de 1972. Conocido escritor español, su último éxtio dentro de la temática juvenil ha sido el primer volumen de El ciclo de la Luna Roja, La cosecha de Samhein. El segundo título, Los hijos de las Tinieblas, saldrá publicado el marzo.

Se licenció en Publicidad y Relaciones Públicas, aunque se dedica a la narrativa fantástica y de ciencia-ficción. En el año 1998 quedó segundo en el premio Alberto Magno con "Lilith, el Juicio de la Gorgona y la Sonrisa de Salgari". En la edición del 1999 del mismo premio quedó finalista con La Pirámide y en el 2000 ganó el segundo concurso de relatos del Melocotón Mecánico con "Los conejos de la guerra". Ha obtenido también el Premio UPC de ciencia Ficción en la edición del 2000 —exaequo con Javier Negrete— con su novela corta Salir de Fase.



¡Hola José Antonio! Ante todo queríamos darte las gracias por concedernos la entrevista, sabemos que la segunda parte de El ciclo de la Luna Roja está a punto de salir y seguro que estás muy liado. Por eso, ¡¡muchas gracias!!

J.A: Es cierto que ando ocupadísimo, con los flecos de la segunda parte de la saga y con la escritura de la tercera, pero es un placer haceros un hueco para responder vuestra entrevista

YLF: Nuestra primera pregunta es la “pregunta-tópica” de las entrevistas. No solo has escrito La cosecha de Samhein, si no que podemos encontrar muchas novelas tuyas más. Por eso nos preguntamos… ¿Desde cuándo llevas escribiendo? Como ya he dicho, has publicado muchos libros, ¿todos son igual de especiales o el primero de todos se mira con otros ojos?

J.A.: Llevo escribiendo desde que era un niño; tendría unos doce o trece años cuando escribí mi primera novela: una obra infecta de ciencia ficción en la que un perverso imperio galáctico iba destruyendo uno a uno los planetas del sistema solar. Era muy mala, insultantemente mala. Todavía la guardo en un cajón y me hace ilusión echarle un vistazo de cuando en cuando porque, en definitiva, con ella empezó todo.

Publicar me sigue emocionando igual que antes, si bien es cierto que hay determinados momentos en concreto que recuerdo con especial cariño: la primera vez que alguien se interesó en publicar mis cuentos, recibir esos relatos publicados, el primer premio que gané, la primera ocasión en la que vi una novela mía en el escaparate de una librería… Son momentos especiales que quedan en la memoria, por supuesto.

YLF: Aunque La cosecha de Samhein te ha aportado mucho reconocimiento, antes habías publicado otras dos novelas y muchos relatos (es decir, has trabajado mucho para llegar a donde estás). ¿Cómo viviste este cambio? ¿Qué te ha aportado el reconocimiento o te ha quitado?

J.A.: Por suerte o por desgracia, nunca he tenido la sensación de estar viviendo cambios bruscos, ni siquiera ahora.

Siempre he avanzado a pasitos cortos, poco a poco, sin prisa. Comencé a publicar relatos con regularidad cuando tenía veinte años, más tarde empecé a presentarme a concursos y tuve la suerte de ganar alguno que otro, aparecí después en varias antologías y revistas de género y eso sirvió para darme a conocer. En el 2003, después de muchos relatos y novelas cortas publicadas, di el salto a la novela con Las Fuentes Perdidas. Luego llegó La casa de la Colina Negra con Alfaguara, editorial que el año pasado publicó La Cosecha de Samhein. Sí es cierto que es esta última la que está teniendo mayor repercusión y que, además, cada vez se nota más movimiento alrededor de la saga, pero todo este proceso está siendo gradual, sin demasiados sobresaltos.

YLF: Dado que el camino que has tomado suele ser el más largo y que muchos de nuestros lectores son escritores nóveles, ¿les recomendarías este camino (irse labrando un currículum literario y luego probar con editoriales)? ¿A ti te ayudó el ir publicando en diferentes medios especializados?

J.A.: El consejo que daría a cualquier escritor novel sería que tuviera paciencia, que fuera constante y, luego, que tuviera más paciencia todavía. No hay que tener prisa por publicar, esto no es una carrera en la que hay que tener una novela en las librerías cuanto antes. Hay un proceso de aprendizaje por el que, quitando algún que escritor tocado por la genialidad, todos debemos pasar. A mí no sólo me ayudó publicar con cierta regularidad en revistas y antologías, también me ayudo “no hacerlo”, me explico: durante mucho tiempo escribí un buen montón de historias, cuentos y novelas que rara vez terminaba, que están enterradas en lo más profundo del cajón y que por el bien de la literatura y la salud mental de los lectores nunca saldrán de allí. Son primeros vuelos, relatos que me sirvieron de aprendizaje y que me ayudaron a pulirme, a mejorar (¡al menos eso espero!). Repito: no hay que tener prisa.

YLF: Has pasado de escribir para un público más adulto a escribir para uno más juvenil. ¿Sientes que has tenido que cambiar en algún momento tu estilo o la trama?

J.A.: Sí he adecuado mi estilo al juvenil, aunque no de forma demasiado marcada. Cuando escribo para adultos me permito ser más descriptivo de lo que soy cuando escribo juvenil, es la única diferencia de peso. En cuanto a temática no tengo problemas con ella, si una historia que previamente concibo para juvenil de pronto necesita escenas de violencia extrema o de sexo explícito, es que me he equivocado al plantearla y se trata de una historia adulta, es tan sencillo como eso. De todas formas, salvando lo que señalo sobre violencia extrema o sexo explícito, no suelo hacer demasiadas concesiones. Por ejemplo, El ciclo de la Luna Roja es una historia oscura en la que se dan situaciones duras que no puedo permitirme rehuir ni tampoco no contar o suavizar, eso no sería justo para el lector. Tendría la sensación de estar estafándolo. Puede sonar pretencioso, pero me gustaría pensar que escribo una literatura juvenil adulta, algo que pueda disfrutar el lector independientemente de su edad.

YLF: Hablemos un poco de La cosecha de Samhein:

La cosecha de Samhein, que fue ya reseñado en nuestro blog, así que una servidora tiene algunas preguntas. Por ejemplo, me sorprendió mucho que el libro estuviera protagonizado por ¡doce personas! A decir verdad, once, pero los “protagonistas” en realidad son doce. Me gustó mucho el no leer una historia protagonizada por un solo personaje o un par de ellos como principales, si no que cada uno de los doce tiene su importancia. ¿Por qué doce? ¿Es un número especial para ti, significa algo?

J.A.: De hecho, en primera instancia, los cosechados por Denéstor iban a ser trece, eran dos muchachos y no uno solo los que se buscaban la vida por su cuenta entre las ruinas, pero de pronto me di cuenta que ese personaje número trece me sobraba y prescindí de él. Así que la docena de cosechados fue más bien algo circunstancial.

YLF: Es un libro distinto a todo lo que podemos encontrar por ahí. Para empezar, es un libro en el que los personajes tienen que aprender a sobrevivir y en el que simples cuentos son más que eso. Hay personajes testarudos, carismáticos, encantadores… Una pandilla de doce chicos acaba en un mundo oscuro y su única misión es sobrevivir. ¿Cómo surgió esa idea?


J.A.: Resulta complicado hablar del origen de la idea que puso en marcha El Ciclo de la Luna Roja. Lo que he venido contando hasta ahora es lo siguiente: quería mezclar en cierto modo dos de mis novelas favoritas: El señor de las Moscas de William Golding, ese grupo de muchachos obligados a sobrevivir en un entorno hostil, con los niños perdidos que aparecen en la novela de Peter Pan. Quería ver cómo un grupo de muchachos sorprendentes luchaba por mantenerse vivo en mitad de una ciudad encantada. Y eso es cierto, claro.

Pero es que hay algo más. Una idea que iba en paralelo a esa y que todavía no he desvelado que tomará cuerpo con la segunda parte de la saga, así que permitidme que me la guarde hasta entonces. Lo que puedo adelantaros es que con Los hijos de las tinieblas, la trilogía va a cobrar una profundidad diferente a la que ha tenido hasta ahora. Con la segunda parte de la saga sabréis qué historia estoy contando de verdad.

YLF: ¿Pasó mucho tiempo desde que la terminaste hasta que la publicaste con Alfaguara? Y antes de mandarla a Alfaguara, ¿la mandaste a alguna otra editorial?

J.A.: Alfaguara había publicado mi anterior novela y como tanto la editorial como yo estábamos contentos con el resultado y el trato, cuando decidí que había llegado la hora de mover la historia pensé en ellos en primer lugar. La novela les gustó y tiramos adelante con ella.

YLF: Hablemos de los personajes principales… ¿Ha sido difícil llevar una trama con todos? Es decir, ¿te supuso muchos problemas el ir llevando la trama sabiendo que tenías doce protagonistas en ella? Ya me parece complicado crear un libro con dos personajes principales, ¡no me imagino hacerlo con doce! Y sin contar a los secundarios…

J.A.: Sí, ha sido difícil, tenía un montón de personajes, entre principales y secundarios, y debía de presentarlos a todos de manera ordenada, clara y, además, hacer avanzar la historia mientras tanto. Le estuve dando muchas vueltas para dar con el modo adecuado de hacerlo, y al final decidí presentarlos en diferentes grupos, intentando que el lector se fuera familiarizando con ellos en pequeñas dosis, tratando de dibujar bien sus personalidades y características principales para que quedara claro desde el primer momento quién es quién.

YLF: Además… Todos ellos son distintos, cada uno tiene su personalidad muy marcada. ¿Cómo fuiste creándolos? ¿Están basados en alguien que conozcas?

J.A.: Siempre se puede colar algún rasgo de un conocido en un personaje, pero en esta ocasión los personajes fueron apareciendo sin ninguna base real. He tenido mucho tiempo para familiarizarme con ellos, para ir perfilando sus rasgos lo mejor posible. Era muy importante que yo tuviera claro cómo son cada uno de ellos, para intentar averiguar cómo les podía afectar tener que enfrentarse a Rocavarancolia.

YLF: Me parece fascinante como he dicho el haber llevado una trama tan bien con tanto chico. También me gustaría preguntarte sobre Rocavarancolia. ¿Ese nombre lo creaste tú?

J.A.: Sí, es invención mía. Fue muy llamativo cómo se me ocurrió: no terminaba de encontrar el nombre adecuado para la ciudad, por más vueltas que le daba no encontraba ninguno que me gustara y ya comenzaba a desesperarme. Entonces llegó la inspiración, y ni siquiera estaba pensando en la ciudad en aquel momento, iba a dar nombre al personaje grisáceo que se cuela en la habitación de Hector cuando surgió todo de repente: “Me llamo Denestor Tul, demiurgo de Rocavarancolia y custodio de Altabajatorre” decía el personaje en un momento dado (momento que se perdió luego en la corrección final) y en ese instante no sólo se bautizó a sí mismo, también me dio el nombre para la ciudad encantada: Rocavarancolia. Un nombre extraño, pero que a mí me pareció singularmente evocador. Y me lo quedé.

YLF: Rocavarancolia es un mundo fantástico y muchos de nosotros estamos (mal) acostumbrados a ver tal mundo como algo hermoso. Pudiendo estar en guerra sí, pero precioso. Sin embargo, Rocavarancolia no es como uno de esos, si no que es oscuro, frío… Y sobre todo, es un mundo de supervivencia. ¿Cómo se te ocurrió la idea de un lugar así? ¿Hiciste bocetos de él?

J.A.: Es un lugar siniestro y oscuro. El reverso tenebroso, por así decirlo, de muchas ciudades encantadas que estamos acostumbrados a ver en la literatura fantástica. Quería cuidar mucho el escenario de la saga, necesitaba que tuviera una personalidad clara, definida, que perdurara en la memoria, porque de no ser así la historia corría el riesgo de naufragar. Es un lugar que una vez fue grande y que ahora no es más que una sombra de lo que era, un lugar peligroso, mortal de necesidad, poblado de misterios y criaturas extrañas.

No, no hice bocetos de la ciudad, pero sí un pequeño mapa para orientarme en ella. Lo suelo tener siempre a mano para saber dónde está cada cosa y en qué dirección se mueven los muchachos.


YLF: Una última pregunta sobre la saga… ¿Nos puedes adelantar algo de los próximos volúmenes?

J.A.: Como ya comenté en una pregunta anterior, en la segunda parte de la saga vamos a comprender de manera definitiva el verdadero alcance de la historia que estoy contando. Otras cosas que puedo adelantar es que va a ser mucho más oscura que la primera parte, que habrá mucha más acción y algún que otro giro argumental del mismo estilo que ya vimos en La cosecha de Samhein. También habrá lugar para el romanticismo, por supuesto, en mucha mayor dosis que en la primera parte.

Si vuestros lectores quieren más información sobre la nueva entrega, en el foro de la saga (Rocavarancolia.es) escribo cada semana un spoiler sobre la misma. Me parece una buena forma de entretener la espera hasta finales de marzo, que es cuando sale la segunda parte.

YLF: Antes de despedirnos, deseamos saber… Te has movido por diferentes subgéneros de la fantasía, y por eso nos preguntamos si tienes alguna preferencia por alguno de ellos. ¿Cuál es tu favorito? ¿Y cuál fue el más sencillo de escribir?

J.A.: Me encantan los tres grandes subgéneros de la literatura fantástica: el terror, la ciencia ficción y la propia fantasía. Me siento igual de cómodo en los tres campos, aunque conozco mis limitaciones y sé que nunca podría escribir ciencia ficción dura porque no tengo los conocimientos científicos suficientes. Pero lo que más me gusta es unir esos tres géneros, crear híbridos de ello, por ejemplo en mi universo Entre Líneas mezclo los tres. En El ciclo de la Luna Roja, por volver a mencionar la saga, los dos géneros que se dan la mano son el terror y la fantasía.

YLF: Dado que el mercado de género en juvenil está realmente en auge. ¿Crees que este mercado puede ayudar a consolidar la fantasía más adulta? ¿Algún día este país tendrá un mercado de lo fantástico tan saludable como en el extranjero?

J.A.: En los últimos años sí que hay una evidente explosión de autores de literatura juvenil en castellano, aunque no podemos olvidar a los que han estado y siguen estando, como los casos de César Mallorquí, Elia Barceló o del incombustible Jordi Sierra i Fabra. Y También nos llegan más obras juveniles del extranjero que nunca, con lo cual los lectores jóvenes tienen más donde elegir. ¿Si eso ayudará a consolidar la fantasía adulta o a crear un mercado fantástico saludable? Me gustaría pensar que sí, al menos creo que es un factor que debería ayudar a conseguir ambas cosas.

Ahora mismo, o esa impresión tengo, hay más lectores jóvenes que nunca, con lo que eso implica. Solo con que un pequeño porcentaje de ellos engrosara las filas de los lectores adultos, la situación mejoraría de manera brutal. Y estos tiempos de auge de la literatura juvenil no solo son el caldo de cultivo perfecto para lectores de fantasía adulta, también está surgiendo una hornada de jóvenes escritores que estoy seguro de que dentro de unos años nos brindarán obras de gran calado. ¡Espero no equivocarme!

YLF: ¿Qué opinas sobre lo que se suele decir sobre la literatura fantástica juvenil (que incluso dentro de la fantasía en España algunos la consideran un género menor)?

J.A.: Son prejuicios sin sentido. Yo empecé a escribir en un género todavía peor considerado que el fantástico juvenil: el fantástico adulto, que, según opinión de muchos, es cosa propia de “críos”, al menos, piensan algunos, si escribes fantástico para el público joven te estás dirigiendo al sector correcto. Durante muchos años me cabreó bastante esa posición de falsa superioridad, pero desde hace un tiempo dejó de afectarme. Escribo lo que me gusta y leo lo que me gusta.

YLF: Ya no te molestamos más, así que para terminar queríamos preguntarte… ¿Algunas palabras para tus fans?

J.A.: La palabra “fan” siempre me ha sonado un poco rara aplicada a escritores, me pega más con cantantes, no sé por qué. Lo que les diría a todos los que me leen es que es un placer tenerlos ahí, al otro lado, sin ellos esto no sería lo mismo. Un escritor puede dar forma a la historia, pero necesita lectores que la completen.

Y también me gustaría invitarlos, por supuesto, a entrar en rocavarancolia.es, el foro de la saga, allí podrán charlar con otros aficionados a la trilogía o preguntarme todo lo que deseen.

¡Muchísimas gracias! =D Si es que lo repito, ¡que no queda nada para la segunda parte? *-* Y una servidora os anima a registraros en el foro, yo estoy registrada (no con este nick muajajaja xD pero no será muy difícil encontrarme =P) y aunque hace bastante que no me paso, ¡os animo igual que fueron todos muy simpáticos conmigo! Además de que os enterais de muuuchas cosas... B)





2 comentarios:

  1. PEDAZO ENTREVISTA!!!ME ENCANTA,este hombre parece ser muy majo y muy trabajador y eso se agradece. Habláis tan bien del libro que,sinceramente me han entrado unas ganas tremendas de devorarlo,lo apunto a mi lista!!!!!

    ResponderEliminar
  2. felicidades¡¡¡os habeis salido¡¡¡¡
    besotes

    ResponderEliminar