debate: los esqueletos del armario

Bueno… vale sí, tendría que volver con una reseña, pero dado que Clive Barker y yo estamos en un punto de nuestra relación llamada el segundo libro, ese extraño segundo libro en el que si el primero te entretuvo aun a pesar de que te hizo alzar la ceja (o en mi caso hubo veces que te daban ganas de darle al pobre libro contra la mesa), pues me he dado cuenta de una cosa que realmente de realmente influye en este hombre: los esqueletos de su armario.

Para quien no lo sepa: Clive Barker es uno de los considerados padres del terror actual… y aunque los escritores de terror estemos considerados más raros (cof locos cof) que un perro de Marte, los esqueletos del armario de Clive Barker se refieren más a su condición sexual, sip es gay. Los críticos y entendidos del género (no puedo opinar ya que no he leído tantísima de su bibliografía para dar una opinión más basta), aseguran que cuando salio del armario ya no fue tan buen escritor de terror ya que lo que más le angustiaba y aterraba (esta salida del armario, que se supiera que era gay), era lo que le daba más fuerza a su narración. Tras eso se desinfló (insisto, no lo sé porque a tanto no he llegado, yo estoy con los que se consideran mejores… ya puestos a gastarme el dinero pues voy a lo recomendado ^_^))

De los dos libros que llevo he notado algo muy palpable (aparte que en Las razas de la noche/cabal la pareja prota tiene las escenas sexuales más de pegote que le he visto a nadie (exceptuando cierta escena de Rice asquerosilla)): si estas cuerdo vas a reprimir lo que realmente deseas (sobre todo en lo sexual), si estás loco, no. Los personajes de este hombre siempre están al borde de la locura, luchan por intentar sobrevivir al borde del abismo que les separan del mundo cuerdo del que no, se reprimen, anhelan algo que no pueden tener, que ya han perdido o que no pueden tener por completo… los que se han rendido por completo a la locura son felices y tienen todo lo que desean.

Cuanto menos, es una visión interesante de lo que él consideraba la felicidad o puede que incluso la felicidad, una locura que para obtenerla hay que dar la espalda a la sociedad, ser considerado un amoral y un paria y ser abandonado por todo lo que conocías (todavía no he visto nada en Hellraiser sobre gays o similares, en Las razas de la noche el único personaje que sale que pueda considerarse del colectivo LGTB no sale muy bien parado) pre “salida del armario” (estos libros son de los 80, hasta los 90 no se reconoció).

Pero si miramos al mundo de la literatura, nos encontraremos muchos ejemplos similares no de escritores disfrazando sus esqueletos armarísticos, sino renegando de lo que estos pensamientos antes o después. Por ejemplo, Anne Rice cuando volvió al catolicismo quiso que su Lestat dejará de perseguir a cualquier cosa que pareciera humana para llevárselo a la cama (porras, esto es una página que peude leer cualquier mente… si hablamos de sexo pensad que la palabra se cambia automáticamente por foki foki, que una es perezosa :P) y fuera un santo redimido e incluso, muchos de sus personajes dejaran de ser homosexuales (sip, leído en su propia web… irónicamente, luego ha dejado el seno de la iglesia católica diciendo que oyes, que donde dijo digo dijo Diego).

Otro gran ejemplo de esqueletos en el armario… bueno, no tan armario. Orson Scott Card ha hecho gala de todas sus opiniones por Internet, tantas que creedme, no daría abasto para pegároslas. Machista, de ultraderecha, en pro no solo de las guerras sino también de hacer cualquier cosa para defender EE.UU. (he dicho CUALQUIER cosa, sí, la tortura se incluye), en contra de los homosexuales, el aborto, a favor de las armas… en fin, realmente tiene mucha miga y si uno lee en sus libros (esperanza del venado, por ejemplo), encontrará una buena cantidad de su pensamiento político entrelineas (o no tan entrelineas :P).

A lo que iba, quiero abrir un debate y si podéis (y queréis), aportéis ejemplos de esqueletos del armario (no solo sexuales, aunque son los más facilotes) sobre los escritores a la pregunta: ¿hasta qué punto un escritor cuando escribe nos revela lo que es o deja de ser? ¿Realmente deseamos que el escritor influya tanto en su obra con su forma de ser hasta el punto de encontrarnos un panfleto de la idea x sin comerlo ni beberlo (salvo que busquemos este tipo de lectura)? Y si un buen escritor nos la da con queso y hasta que no nos lo señalan no nos damos cuenta de la trampa, ¿cómo debemos tomarnos entonces esta doble lectura? ¿Una forma de ver otro punto de vista, un juego literario por el que debemos aplaudir al escritor por no darnos cuenta de ello hasta el final o una trampa? El debate se abre ^_^

Mientras nos despedimos fantaskianos, que el mal y yo nos vamos a maquinar algo aterrador.
clive Barker, ocupación: sus labores con sangre, visceras y cosas chungas