Reseña de El nombre del viento de Patrick Rothfuss

Y una nueva reseña señoreeees ^_^

Título: el nombre del viento.

Autor: Patrick Rothfuss

Editorial: Plaza & Janés

ISNB: 9788401337208

Resumen:

"Viajé, amé, perdí, confié y me traicionaron."

En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje legendario a quien todos daban ya por muerto: Kvothe... músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino.

Ahora revelará la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas itinerantes, los años malviviendo como un ladronzuelo en las calles de una gran ciudad, y su llegada a una universidad donde esperaba encontrar todas las respuestas que había estado buscando.

Atípica, profunda y sincera, El nombre del viento es una novela de aventuras, de historias dentro de otras historias, de misterio, de amistad, de amor, de magia y de superación, escrita con la mano de un poeta y que ha deslumbrado -por su originalidad y la maestría con que está narrada- a todos los que la han leído.

Escondido tras la barra de una taberna y un nombre que no es suyo, el legendario Kvothe espera lánguido a que algo ocurra. Y así ocurre, con la aparición de Cronista y su insistencia a escribir su vida, Kvothe accede a hablar en ese primer día de su infancia y adolescencia, de sus buenos y malos momentos, de cómo consiguió aprendes los principios mágicos de su mundo mientras buscaba un gran secreto: el nombre del viento.

Bueno, seamos sinceros… yo este libro me lo compré porque al ver lo enorme que era pensé que me duraría para muchos viajes de metro y no me equivoqué… en parte. Al principio el libro y yo no nos adaptamos el uno al otro y no a mal, porque ni se me hacía pesado, ni la historia me disgustaba (todo lo contrario), ni nada similar… es simplemente que me costó cogerle el punto.

Alguien lo comparó con Tolkien, Le Guin y Martin, los tres a la vez y que al mismo tiempo no le recordaba a ninguno… pues sinceramente yo pediría a esa persona que revisara un poco a los tres autores y a Rothfuss porque vaya, solo acertó en que eran escritores de fantasía. A ver, a la primera que descarto en semejanzas es a Le Guin porque la maestra es extremadamente directa, nunca deja de ser evocadora, pero es la más directa de todos; Martin es al siguiente que retiro de la competición, porque no estan poético como Rothfuss y al menos no llega a irse tanto por las ramas como este último.

Es decir, el autor ha conseguido irse por su cuenta, si uno quiere puede sacarle semejanzas, pero yo en el aspecto formal no lo hice, en eso sale ganando, no me recordó a nadie (o al menos no de forma continuada). Es un estilo precioso sin llegar a ser cansino, muy evocador y no deja ni un solo detalle al azar (bueno, ahora da esa sensación, veremos en el siguiente libro).

En el contenido tampoco me disgustó nada la verdad (al contrario). Cada detalle por separado no es original (determinados hechos que se consideran spoilers, canciones, magia, el tutor anciano, escuela de magia…), todo junto y el personaje es lo que hace que uno se encuentre con algo diferente. Al principio Kvothe me parecía que iba a ser un héroe clásico, que tiene muchísima suerte, que todo lo conseguía con el mínimo esfuerzo… el autor me sorprendió, si bien tenía cualidades para sobresalir por encima de los demás (la llamada memoria fotográfica, poderes mágicos…) muchas de las cualidades que desarrolla si concuerdan con la memoria fotográfica y al menos si se le ve que tiene astucia y que trabaja mucho más que otros personajes (y que haya estado en una compañía de teatro también explica algunas cosas también). Luego la historia de amor que dada la tónica actual me encanta, porque se sale un poco del canon actual y demuestra una gran ternura.

Los demás personajes con más relevancia están bien dibujados y son interesantes, a mi me llamaron mucho la atención la verdad, algunos más que otros, pero la mayoría cumplen su propósito.

Además y para mi gran satisfacción, aquí si castigan (y bien) al protagonista, si se “salva” de los castigos es por su astucia e inteligencia que es en otros libros o sagas lo que me sacaba de quicio. Muy bien por el autor, me ganaste aquí mucho y con el siguiente punto más.

A título personal y aunque pueda hacer que los fans de Harry Potter se enfaden conmigo, hay una cosa que en este libro consiguió ganarme y que añoré muchísimo en la saga del mago: la cotidianeidad de la universidad de magia. Aquí te cuentan todo, te comentan que se hace en cada clase, como se dan muchas asignaturas, como se come, donde se duerme… peor no solo en la universidad, si no en muchos ámbitos, lo cual da una sensación de realismo que si bien en muchos libros ha habido, en este llega a tener mucho detallismo sin llegar a notarse tan pesado como Tolkien llegaba a ser a veces (es decir, son detalles que el autor usa en la mayoría de las ocasiones, Tolkien muchas veces en el primer libro no).

Los momentos de acción llegan a ser espectaculares, la magia empleada gana mucho en las luchas y momentos de tensión.

¿Qué puede no gustarme? El gran detallismo. Como pasaba con Tolkien que llegaba a ser una gran baza, también puede llegar a ser una cruz para este autor, porque tarda mucho en verse muchas aplicaciones prácticas de lo que nos cuenta.

La cantidad de personajes que hay y muchos aunque se perfilan algo 8tampoco demasiado, pero dan sensación de tener cierta relevancia), no parece que tengan mucho propósito en esta novela. Veremos a ver que pasa en las siguientes.

La acción: si bien cuando llega es increíble… ¡es que apenas hay! Es que para casi 900 páginas de libro podemos contar cinco momentos de aventura, eso para tanta página puede llegar a ser muy poco.

El peso, que agradezco a Plaza & Janés no haberlo dividido, pero mi espalda se ha resentido enormemente.

En resumen, para los fans de la fantasía, ya estáis tardando en comprarlo y va en serio.